Historia de un despertar.

Bienvenidos a mi humilde grano de arena.

jueves, 23 de febrero de 2012

12º) De perdidos al río

Sonó un sonido bastante curioso, como cuando coges los espaguetis con tomate de la cazuela, ese sonido me encantaba, pero eso no era lo que contaba, lo importante era que las armas con perdigones funcionaban contra ellos, pero aun me sentía inseguro contra grandes masas de zombis, así que busque una funda, guarde todo lo que pude en la mochila y me dispuse a salir. La ventana no era una buena opción así que decidí salir por la puerta principal, enfilé el pasillo y me dirigí allí.
-Mierda puta -dije entornando los ojos.
Una alarma se interponía entre la calle y yo. Que hacer, oh cruel destino... O me enfrento a los zombis del patio, o activo la alarma y trato de escapar. Mire a los lados, y en uno de mis alardes de ingenio se me ocurrió pegar martillazos a la pared hasta abrir un agujero y tratar de salir por un portal contiguo. ¿Ingenio dije? Ingenuo, corrijo, esto hizo saltar la alarma. ''De perdidos al río'', pensé y decidí seguir golpeando la pared hasta abrir un agujero por el que pasar. Tras una hora y media conseguí salir de aquella tienda infernal, pero la alarma seguía pitando. Asomé mi cabeza por el portal, mire a ambos lados, uno de esos cabrones ya me estaba viendo y salió en mi dirección al momento. Corrí, corrí todo lo que pude, mi condición física no era la optima para esprintar, pero prefería que me dolieran las piernas a morir porque un engendro antropófago me comiera. Bueno, quien dice uno dice ocho, nueve o diez que ya me perseguían, eso no me importaba. Cuando por fin llegué a mi calle pensé que ahora tenia armas, así que, maldita sea, había arriesgado mi vida para algo. Mientras seguía corriendo calle abajo giré mi mochila, agarré dos pistolas y me di la vuelta. Tanto videojuego había servido para algo, uno, dos, tres, cuatro, cinco... Había gastado lo menos tres perdigones por cadaver pero, que narices, no les conseguí para guardarles, ademas, me estaba planteando el ir a comisaria a por ''recursos''. Abrí el portal, entré en el ascensor y cuando me dispuse a apretar el botón pensé que sería mejor por las escaleras, puesto que si había algún corte en la luz, y no tardaría en haberlo, no iba a ser grato quedarme encerrado entre dos pisos. Subí lo mas rápido que pude pistola en mano. Cuando llegué a mi piso pasé por casa de mi vecino, abrí la puerta por el agujero que ya dejé hecho, me dirigí a la cocina, y agarre todo lo que pude de la nevera, lo llevé a casa y cerré toda entrada posible. Encendí el flexo del salón, cogí un Din-A3 y comencé a dibujar un mapa aproximado del barrio. Mi próximo objetivo, conseguir un vehículo para dirigirme a la comisaria.

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